Dame a mi primero


No había llovido en muchos días. Era muy grande la sequía. Aun el profeta sufría las consecuencias del decreto de Dios: “No habrá lluvia ni rocío hasta que yo diga”.

En Sarepta, una mujer viuda, solo tenía una ración de comida para ella y su hijo. Juntaba la leña para cocinar, lo que pensaba sería, su última comida. Mientras hacía esto un hombre le dice: “Mujer, tráeme un poco de agua”, no había terminado la mujer de dar la vuelta cuando escucha: “También tráeme pan”.

Esta mujer mira al profeta con una mirada confusa y a la vez desesperanzada. Pensará: “No tengo comida para mí ni para mi hijo, ¿Cómo pretende este hombre que le sirva de comer?”.

El profeta fue más osado aun al decirle: “Dame a mi primero”
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Se que muchos, en algún momento hemos escuchado esta historia, Elías y la viuda de Sarepta.

 Si no lo has leído esta en 1ra Reyes 17: 8

Esta historia es un excelente ejemplo de lo que significa poner a Dios primero todo el tiempo.

¿Por qué hago énfasis en todo el tiempo?

Porque muchos sabemos honrar a Dios cuando podemos, cuando se nos hace fácil y cuando las cosas están a nuestro favor. Pero ¿Qué pasa cuando llega la sequía?

La viuda de Sarepta logro un espacio en el libro sagrado por hacer algo que pocos se atreven hacer:

Honrar a Dios en los tiempos de sequía.

Al igual que muchos esta mujer fue afectada por la gran sequia del tiempo de Acab. ¡No llovió por más de 3 años! Imagínate la magnitud de este evento, la pobre viuda solo esperaba la muerte. Sin embargo, para Dios, este no era su final.

El profeta le dijo:

“No tengas temos, ve, haz como has dicho; pero hazme a mi primeroPorque Jehová Dios de Israel ha dicho así: La harina de la tinaja no escaseará, ni el aceite de la vasija disminuirá, hasta el día en que Jehová haga llover sobre la faz de la tierra.”

 1 Reyes 17:13-14

Esta mujer desato una bendición de abundancia en su casa por darle de comer al profeta primero. Aun cuando en toda la ciudad de Sarepta hubo gran escases, la viuda siempre tuvo que comer.

Cuando honramos a Dios primero el se encarga de bendecir el resto.

Algunas cosas que podemos imitar de esta viuda son:
  •         Obediencia: la mujer de Sarepta obedeció las instrucciones del profeta. Ella no calculo que si le daba de comer primero a él ella se quedaría sin nada (o tal vez si lo pensó), a pesar de esto ella obedeció y dio.

        Debemos dejar a un lado la incredulidad, la lógica y el realismo y                      simplemente obedecer.
  •         Disposición: como dije en el post anterior, poner a Dios primero es una actitud del corazón. La viuda demostró su actitud y disposición cuando decidió darle agua a Elías. Al ver que ella estaba dispuesta a servirle agua entonces Elías pide pan.

        Dios siempre va a poner a prueba que tan dispuesto tu estas de ponerlo            en primer lugar. Así lo hizo con Abraham, con el pueblo de Israel y con la            viuda.

Hoy Dios nos invita a darle primero todo el tiempo. El promete sustentar el reto de nuestra harina y nuestro aceite para que no nos haga falta nada.

Hoy Dios te dice:

“Haz lo que tengas que hacer, pero dame a mi primero”.


Comentarios

  1. Amén,me gustan mucho las reflexiones y más cuando se trata de poner a Dios en primer lugar...Siempre digo que Dios es bueno todo el tiempo no importando la situación por la cual estemos pasando El tiene el control de todo!!!

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